viernes, 8 de agosto de 2014

EL CASO PUJOL: LA SAGA DE LOS BUTIFARRA

                                                  
Decía Jorge Luis Borges: " El nacionalismo es el canalla principal de todos los males. Divide a la gente, destruye el lado bueno de la naturaleza humana, conduce a desigualdad en la distribución de las riquezas,...”. Se puede añadir que es la cortina de humo para que todo tipo de oportunistas y criminales justifiquen sus delitos y salgan impunes gracias a un patrioterismo tribal, irracional y totalitario sostenido por la ignorancia más estúpida. Se podrían decir muchísimas cosas más, pero vamos de momento a ejemplificar con un caso de " rabiosa " actualidad, representativo de tantos y tantos otros: el caso Pujol.

                                             
   



Jordi Pujol acaba de admitir que su familia tiene cuentas en el extranjero sin declarar al fisco desde 1980. Se calcula que la fortuna de los Pujol asciende a 1.800 millones de euros, ganados tan honradamente como lo han permitido las circunstancias, tan benévolas como políticamente correctas hasta el presente. Pero ahora mismo el nacionalismo centralista está atacando al periférico, y lo que todos callaron y consintieron cediendo a las " presiones " ( que no chantajes, término incompatible con la memocracia, sea nacional-centralista o nacional-periférica ), ahora es causa de escándalo nacional y ultranacional. La realidad es que todos sabíamos o intuíamos lo que estaba pasando: más o menos lo mismo que sucedía con el Rey que se fue y otros que siguen, lo mismo que sucedía con las demás autonomías, sean o no sean independentistas, y con tantas instituciones y personas que han llevado la corrupción de este país hasta las altas cumbres actualmente alcanzadas. 






La saga de los Butifarra tiene su origen en Florenci Pujol, padre del ex-presidente de la Generalitat. Florenci, partiendo de la nada, se enriqueció a base de especular con la Bolsa y las divisas hasta tal punto que en 1959 funda Banca Catalana con otro socio. Pero no puede formar parte del primer consejo de accionistas por haber sido incluido en una lista de blanqueo de dinero en Suiza publicada por el BOE aquél año. Fue sustituido nominalmente por su mujer y todo arreglado. En la lista figuraban nombres de tanto renombre como siguen teniendo hoy día ,sin que nada les haya pasado nunca. Al final todo quedó en agua de borrajas diluida en pequeñas multas. El " Pujolet de la Borsa ", como llamaban en Catalunya a Florenci, supo moverse y ascender en la jerarquía a base de un cinismo sin escrúpulos: en la guerra civil fue republicano e incluso se afilió a la UGT; en el franquismo envió a su hijo y futuro President a un colegio alemán de Barcelona de ideología nazi; en lo financiero se alió con Dios y el diablo hasta amasar una fortuna. 






Jordi Pujol tomó el relevo de su padre, pero los viejos hábitos no se pierden, sobre todo cuando se heredan. La pésima gestión de Banca Catalana provocó la quiebra de la entidad a principios de los años 80. En 1984 la Fiscalía del Estado, con Jimenez Villarejo al frente, presentó una querella contra la dirección de Banca Catalana, en la que estaba Pujol como Director Ejecutivo de la entidad. Justo entonces Pujol acababa de ganar sus segundas elecciones. Ni corto ni perezoso, el recién nombrado President de la Generalitat, con toda la cara y el desparpajo genéticos de su padre, salió al balcón de la plaza Sant Jaume y dijo: " Nos han hecho una jugada indigna. De ahora en adelante, de ética y de moral hablaremos nosotros ". Dicho y hecho, creó una fundación que imparte lecciones de ética y moral. Ver para creer.   
                                              






En aquél momento Pujol supo convencer a los catalanes de que él era Catalunya, de que si se procesaba al President se juzgaba a Catalunya y otros argumentos típicos de ese nacionalismo, sea del tipo que sea, que une el destino de los pueblos a los del sinvergüenza que los dirige. Gran parte del pueblo catalán, enfervorizado por aquella " injusticia  " patriótica de campanario, se echó a la calle a defender a su President. Se armó tal marimorena que hubo que echar tierra al asunto. Reunido el Pleno de la Audiencia de Barcelona, estimó por mayoría que no había indicios de criminalidad de Pujol en sus actuaciones en Banca Catalana. La instrucción del caso continuó para todos los procesados menos para el ex-Presidente Ejecutivo, a la sazón President de la Generalitat de Catalunya. Viva la justicia. 







A partir de ahí Pujol se convirtió en el árbitro de la política nacional española. Todos le bailaban el agua, e incluso Aznar le hablaba catalán en privado, gesto que Pujol agradeció entregando una comisión de 1,8 millones de euros a la FAES, fundación de Aznar. Hay que resaltar que en esta operación actuó de testaferro el padre del actual President de la Generalitat, Artur Mas. Casualidades de la vida. 






Ahora, a raíz de las declaraciones hechas por la amante de uno de los hijos de Jordi Pujol, se descubre una red mafiosa con ramificaciones en todo tipo de entidades e instituciones, tanto públicas como privadas. Esta honorable familia, paradigma de las virtudes nacionalistas catalanas, lleva décadas sacando dinero a espuertas de su amada tierra para depositarlo en ciertos paraísos fiscales. Una vez pillado con el carrito del helado, Jordi Pujol apela a la herencia de su padre para justificar lo injustificable. Con honorable desvergüenza pacta con Mas - el hijo de su testaferro, no lo olvidemos - una confesión carente de toda verosimilitud, hecha después de ser descubierto y que no explica nada. Para redondear la tomadura de pelo, Artur Más declara sentir gran pena por el ex-President, víctima del destino amargo esta vez, ya que el recurso a la ofensa a Catalunya ya no cuela. No aclara qué es lo que le da pena, si que hayan pillado a un delincuente o que se sepa. Es éste el mismo Artur Mas que se queja siempre de lo que España le roba a Cataluña ? 


                                                  



La huida más fácil para la saga de los Butifarra y sus acólitos  ( no se les puede llamar chorizos, es un españolismo ultrajante ), una vez el botín a buen recaudo, es instigar la creación de un nuevo estado en el que protegerse. " Ahora o nunca ", susurró al parecer Pujol a Artur Mas & Cía, de ahí la algarabía independentista que están montando. Ahora o nunca: aprovechando la crisis, la corrupción, la monarquía en horas bajas, las instituciones del Estado bajo sospecha y el papanatismo reinante, es el momento de huir con el botín. Los catalanes ? Muchos siguen tragando con el señuelo nacionalista, esa vanidad irracional que les sube el ego umbilical.   






Mientras tanto, la saga Butifarra descarga culpas y se justifica enfangando a sus antepasados más inmediatos: los hijos de Jordi Pujol descargan la culpa en el padre, que ya no irá a la cárcel por la edad; y éste, a su vez, descarga en el suyo, que ya está muerto. Al final, como siempre, saldrán todos de rositas. De momento no se ha creado ni una  triste comisión de investigación. Qué poder tiene este hombre !







Hemos visto ayer a un Jordi Pujol pillado por sorpresa en pleno paseo veraniego: negándose a dar explicaciones, dando un traspiés más que simbólico, y más lleno de tics nerviosos que Ruiz Mateos en su salsa. Por cierto, que sagas tan paralelas, sólo que una al estilo andaluz y la otra al catalán, una de nacionalismo centralista y la otra de nacionalismo periférico, pero ambas nacidas para trincar y evadirse en los paraísos fiscales. Patriotas donde los haya.