HOMO SAPIENS

                                                                   

                              

Los humanos nos autodefinimos como " animales racionales ". Ahora bien, renegamos de ser animales - siempre lo seremos - y presumimos de ser racionales, cosa que pocos alcanzan. Tan racionales que siempre nos creemos los más inteligentes y consideramos a los demás medio idiotas. Gran razonamiento, de una lógica impecable para un idiota. Sin embargo, a poco que nos esforzemos nos damos cuenta que somos muy animales y muy poco racionales. El " instinto básico " nos domina, nuestro subconsciente es más fuerte que nuestro Yo consciente, las pasiones son más poderosas que las razones, pensamos poco y mal, al cabo del día hemos dicho y hecho tantas tonterías que, si las grabaran y nos las enseñaran después, se nos caería la cara de vergüenza. 

                          

Razonar falso es un vicio tan funesto como la droga, y es un vicio al que está enganchada una gran parte de la población. Es lógico y normal: no se nos enseña a razonar, que es lo primero que deberían enseñarnos en la escuela; muy al contrario, se nos llena la cabeza de tópicos, dogmas y consignas autoritarias, que confunden nuestra razón y nos llevan al estado de imbecilidad latente en que vivimos. No hay más que ver las noticias todos los días: si hacemos un análisis de las causas de los hechos veremos que todas o casi todas son consecuencia de razonamientos equivocados, y no por error, ignorancia, descuido, etc, sino por planteamientos irracionales impuestos a la fuerza. El resultado, primera plana en las noticias.

                                                                             

                                    

                             

Hoy día este fenómeno se puede observar fácilmente debido a la globalización. Gentes de cualquier parte del mundo conviven en un mismo lugar con sus usos y tradiciones, tan sagrados para unos como incomprensibles o incluso molestos para los demás. El problema es que, en vez de pensar sobre ello y tratar de buscar una solución razonable, el enquistamiento de dogmas y tópicos no solo impide razonar, sino que conduce a conductas radicales, incluso agresivas, como es siempre el caso en política o religión, aunque el fenómeno se extiende a todos los aspectos de nuestra vida. Desde niños nos están bombardeando consignas irracionales, es lógico y normal que el lavado de cerebro nos tenga enquistados y bloquee nuestra mente cuando se produce una contradicción entre la realidad y la respuesta ficticia a esa realidad.

                                                                           

                                                      

El gran problema de la sociedad actual es ese precisamente. Hemos alcanzado un nivel científico y tecnológico demasiado alto para la mentalidad media del hombre actual, más cercana al hombre del Paleolítico que al " homo sapiens sapiens " que pretendemos ser. Estamos llenos de supersticiones, de atavismos, de miedos, de ignorancia, de creencias erróneas, de grandísimos defectos de los que muchas veces ni tan siquiera somos conscientes. Lo que es peor, vamos por la vida tan seguros de nosotros y de nuestra perfección que difícilmente aceptamos nuestros errores y casi nunca rectificamos, como no sea a la fuerza. Así nos va.

                                 

                                  

Sócrates está considerado como el hombre más sabio del mundo, o al menos como tal modelo. Y realmente lo es. Independientemente de los sofismas y las falacias de Platón para comernos el coco y llevarnos al huerto atribuyendo sus propias ideas a Sócrates para sacralizarlas e imponer así sus falsos dogmas, lo cierto es que el pensamiento de Sócrates, su método de análisis, es el mejor que existe y que existirá, de ahí que se le reconozca el más sabio. Su método es el mejor, el más sencillo, el más eficaz, el más objetivo, hasta el más barato, no cuesta nada aprenderlo y manejarlo, es gratuito, y se aprende sobre la marcha. Consiste en preguntar, preguntar y preguntar, y no dejar de preguntar hasta tener una respuesta, si no exacta, cuando menos no errónea. Pero ya su discípulo Platón traicionó al maestro e impuso el dogma como verdad " sagrada " e irrevocable. Y así seguimos, siempre esclavos de la pasión, siempre enemigos de la razón.

                           

El propio Sócrates explica como llegó a ser quien fue. Todo empezó el día que peregrinó al templo de Apolo en Delfos. En el tímpano del templo leyó la siguiente inscripción: " Conócete a ti mismo ". A eso se aplicó Sócrates con energía el resto de su vida. Así llegó a ser el hombre más sabio de la historia. Así de fácil. Pero nadie le siguió, o muy pocos. Y no es que Sócrates supiera muchas cosas ni se preocupara de saberlas, pero lo que si hacía siempre era utilizar la razón para hablar de ellas. Siempre preguntando, siempre aceptando lo razonable, siempre rechazando lo no razonable. Así de sencillo. Nadie enseña eso hoy día en las escuelas. Por qué ? Al contrario, no hacen más que imbuirnos ideas falsas, sofismas, falacias, consignas, tópicos,...

                                            

Hablando de inteligencia, de homo sapiens, de sabiduría y todas esas cosas, hay un dato que casi nadie sabe acerca de Sócrates. Según expertos en la materia, Sócrates tenía síndrome de Down. Dicho vulgarmente, era " mongólico, subnormal, retrasado mental,... ", conforme a los criterios actuales. Sin más comentario.