lunes, 18 de enero de 2016

GOLPE DE ESTADO DIVINO



                            Resultado de imagen de josías y el libro de la ley

El decimoctavo año del reinado de Josías ( 621 a. C. ), estando los sacerdotes del templo de Jerusalén fundiendo plata, que es lo más agradable a los ojos de Dios, encontraron el Libro de la Ley escondido no se sabe dónde. ( Reyes 2, 34.8 ). Pusieron esto en conocimiento del rey Josías, quien " desgarró sus vestidos " y exclamó: " Id a consultar a Yahvé por mí y por el pueblo sobre las palabras de este libro que acaba de ser descubierto. Grande debe ser la cólera de Yahvé, que se ha inflamado contra nosotros porque nuestros padres no han obedecido a las palabras de este libro practicando todo lo que dice " ( Reyes 2, 34.11-13 ). A continuación se consultó a una profetisa, que dejó bien claras las amenazas y riesgos a quienes no obedecieran ciegamente los dictados del libro, se hizo una lectura solemne de la Ley y se procedió a una reforma religiosa en Judá, que se extendió también al reino de Israel. 


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Este libro era el Torá o Pentateuco, los cinco primeros libros de la Biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. No se sabe por qué causa el libro fue escondido, hay que suponer una gran amenaza sobre Jerusalén que movió a la casta sacerdotal a esconderlo. Tampoco se sabe cómo cayó en el olvido durante siglos y menos como apareció incólume después de tanto tiempo. Lo cierto es que el rey Josías impuso ipso facto esa " Ley ", sagrada porque emanaba de Dios directamente y había que cumplirla a rajatabla. Para los judíos es el Torá, la ley sagrada, que rige todos sus actos y pensamientos. 

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Sin embargo, este libro no fue escrito por Moisés, como se le atribuye. Fue escrito en tiempos de Josías, y fue un montaje muy bien urdido para dar un golpe de estado muy bien planificado. Vamos primero con las razones que llevaron a crear este libro:


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Durante el reinado de Josías ( 639-608 a. C. ) el imperio asirio se está hundiendo frente a la nueva potencia hegemónica en Oriente Próximo, el nuevo imperio babilonio. Del otro lado está el imperio egipcio. Palestina es campo de batalla entre estas potencias. Un siglo antes Salmanasar V había conquistado el reino de Israel y deportado a parte de la población. Muchos israelitas se refugiaron en el reino de Judá, que había permanecido obediente a los asirios y no sufrió ningún mal.


                           


Palestina era un cruce de caminos entre los imperios mesopotámicos y Egipto. Los pequeños reinos y señoríos de Palestina estaban siempre en manos de alguna de estas potencias, bandeando a favor de unos y otros. Así, el reino de Judá fue invadido el ano 701 a. C. por Senaquerib, que sitió a Jerusalén pero no llegó a conquistarla. Éste sería el único momento que justificaría que el Torá fuese ocultado, pero nunca el peligro llegó a tal extremo y, en todo caso, una vez pasado el susto y quedando vivita y coleando toda la casta sacerdotal no se explica que se hubieran olvidado del lugar donde habían enterrado el libro. 


                            Resultado de imagen de asirios conquistan israel

                               

En tiempos de Josías el reino de Judá no tiene unos límites definidos, como tampoco el reino de Israel, sino que estos límites varían según los avatares de los pequeños reinos de Palestina entre ellos y con las fuerzas hegemónicas. De ahí que en el Torá se dedique todo un libro - Números - a hacer el censo de los distintos clanes o tribus que constituyen el pueblo hebreo, aunque no se sabe quienes eran o no verdaderamente descendientes del más legendario que real Abraham, ni quienes fueron intencionadamente incluidos o excluidos del censo. Este censo implica un status personal y no territorial: muchas de estas tribus o clanes son todavía nómadas o seminómadas y no están adscritas a ningún territorio concreto. Posteriormente veremos en otros libros posteriores de la Biblia como se delimitan con detalle más que escrupuloso los presuntos territorios pertenecientes a los reinos de Judá e Israel. Señal de que los reinos vecinos no estaban de acuerdo con estas delimitaciones y, de hecho, menudeaban los conflictos al respecto.


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Por otra parte, la autoridad de estos reyes y de sus dominios era más que discutida, tanto externa como internamente. Son muchos pueblos los que convergen en las ciudades de Palestina, cada uno de ellos con sus normas y costumbres propias. Estamos en sociedades de tipo tribal, como aún son en gran medida hoy día muchos estados de Oriente Próximo ( el propio Israel sin ir más lejos ), donde cada uno depende de los suyos y donde un rey tiene grandes dificultades para controlar a toda la población o todo el territorio. En una ciudad como Jerusalén vivían hebreos, galileos, samarios, amorreos, cananeos, palestinos,... y todos los pueblos que menciona la Biblia, que tienen al mismo tiempo parientes en otras ciudades y entre las tribus nómadas. Gobernar así es muy difícil, por no decir imposible. En el reino de Judá los judíos tienen la hegemonía, lo cual no quiere decir tan siquiera que sean mayoría. En Israel sucede lo mismo con los israelitas. En ambos reinos se practican además cultos muy diversos, de ahí la insistencia en la Biblia de imponer a su " único " Dios y de desprestigiar a los demás dioses, sobre todo a Baal, que tenía tanta o más clientela que Yahvé. 


                             Resultado de imagen de baal

                                           
Esto llevó a Josías y a la casta sacerdotal de Yahvé a dar un golpe de estado con el montaje del " Libro de la Ley ". En aquellos tiempos de analfabetismo total e ignorancia absoluta gran parte de la población se tragó aquél montaje, que los clanes o tribus inscritos en el Torá aceptarían de mayor o menor grado y los no inscritos mirarían con gran recelo o rechazarían. En todo caso, el truco funcionó y se consiguió forjar un bloque nacionalista hebreo en torno a los dictados de la nueva " Ley ", que acabó imponiéndose con el tiempo reforzada con los nuevos libros que se fueron escribiendo a partir de entonces: Josué, Jueces, Reyes, etc. Desde entonces los hebreos fueron imponiendo su hegemonía a los demás clanes, tribus o pueblos sobre un territorio que también fue perfilándose a través del tiempo. El culto de Yahvé, núcleo sintetizador de la " nación " hebrea, fue haciéndose con el monopolio religioso y expulsando a los demás dioses, que convivían en el templo desde los tiempos de su presunta fundación en tiempos del presunto Salomón, quien rendía culto en el templo a otros dioses, como bien declara la propia Biblia.    


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Vistas las razones que motivaron la redacción del Torá, vamos a demostrar que fue un montaje urdido por Josías & Cía y no un hallazgo fortuito del libro de una ley anteriomente vigente y que por diversos azares se ocultó y después se olvidó:

Como ya vimos antes, no hay razón alguna desde la construcción del templo en tiempos de Salomón que justifique la ocultación del libro, menos que una vez pasado el peligro no se recuperara el libro. Incluso en ese supuesto es de esperar que la casta sacerdotal se ponga de inmediato a redactar un nuevo libro, no que pasen de todo hasta caer el libro en el olvido. Por la misma razón, no se concibe que todas las leyes y demás asuntos que trata el Torá se olviden total y sistemáticamente.


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La escritura aparece en Palestina a finales del siglo VIII a. C., pero no constan nada más que algunas estelas mortuorias o conmemorativas. No hay constancia de textos escritos hasta la segunda mitad del siglo VII, precisamente en el reinado de Josías. Por tanto, es muy difícil creer, por no decir imposible, que se hubiera redactado un texto en tiempos tan anteriores y remotos, cuando la escritura ni existía en Palestina. 


                                 Resultado de imagen de escritura hebrea


La atribución de estos libros a Moisés en el siglo XIII a. C. es pura fantasía. En primer lugar, en tiempos de Moisés los hebreos no tenían escritura, mucho menos escribas como dice la Biblia, que eran lo que hoy son los notarios o registradores, una casta aparte que guardaba muy celosamente sus privilegios y el monopolio de la escritura que, por otra parte, en aquellos tiempos era jeroglífica, no alfabética. Así que ni por fas ni por nefas: los hebreos no tenían escribas ni escritura, si tuvieran esta última sería egipcia y jeroglífica, en tiempos de Josías siete siglos más tarde no iban a entender ni una palabra.


                                Resultado de imagen de moises


Finalmente, hay todo a lo largo del " Libro de la Ley " mil y una cuestiones más que controvertidas que descartan totalmente la posibilidad de la autoría de Moisés. Por poner algunos ejemplos más que palmarios, en el Éxodo se habla del " siclo " como la moneda circulante entre el pueblo hebreo, que hay que entender que era la moneda corriente en Egipto en el siglo XIII a. C. Pero la moneda no aparece hasta el siglo VII. Algunos atribuyen su invención al rey Midas, de ahí la leyenda de que transformaba en oro todo lo que tocaba. Es posible que Midas haya sido el primero que acuñó moneda en sentido moderno, es decir, emisión de piezas de un mismo peso y medida con inscripciones o relieves por ambas caras, de ahí que se hiciera su fama legendaria. Hasta entonces se traficaba con lingotes o barras que se cortaban en piezas cuyo valor quedaba establecido según su peso. En concreto, el siclo es una moneda persa de la dinastía aqueménida, fundada por Ciro el Grande a mediados del siglo VI, por lo que es incluso posterior al reinado de Josías. Las menciones al siclo en la Biblia son consecuentemente posteriores al retorno del exilio de los hebreos de Babilonia ( 538 a. C. ).


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Lógicamente, las infinitas adiciones, cuñas e interpolaciones que tiene la Biblia no permiten dilucidar qué textos son anteriores o posteriores, pero son tan numerosos los gazapos y las contradicciones que se puede determinar sin lugar a dudas que la Biblia no tiene credibilidad histórica en absoluto. Hay que considerarla como una crónica antigua, esto es, un relato legendario en sentido estricto, un texto en el que se mezcla fantasía y realidad, la primera en exceso, la segunda en defecto. Una leyenda es un relato ficticio con un sustrato real indeterminable. Los relatos bíblicos están más o menos enmarcados en el tiempo, pero los sucesos son difíciles, cuando no imposibles, de demostrar. Por seguir poniendo ejemplos, la aparición de Moisés en un cestillo río abajo estaba muy de moda en la antigüedad; así aparecieron también Rómulo y Remo, fundadores de Roma, en tiempos posteriores a los de Moisés, pero también aparecieron en un cesto Sargón de Akad unos mil años antes que Moisés y el dios sumerio Tamuz otro milenio antes que Sargón. Que Moisés anduviera por la corte egipcia como perico por su casa es imposible de toda imposibilidad dado el riguroso protocolo de esta corte. Como mucho estaría abanicando a la Cleopatra de turno. Quiero decir, sería un esclavo que ni miraría a la cara a nadie de la casa real egipcia, le cortarían la cabeza al momento por menos que eso. Encima se sitúa su vida en tiempos de Ramsés II, uno de los faraones más poderosos de toda la historia egipcia, con el que Moisés colegueaba de tú a tú según la Biblia. Imposibol. Que hubiera unos dos millones de hebreos en Egipto en aquellos tiempos es pura fantasía ( Más de 600.000 hombres de armas, sus mujeres, hijos y ancianos según Números ). Si fueran tantos se hubiesen comido crudos a los egipcios y se hubieran hecho con el imperio. Pero hoy sabemos que los hebreos eran tribus semitas del desierto, beduinos que invadieron Palestina justamente en los tiempos de Moisés, y en Egipto aparece la primera mención a este pueblo precisamente en tiempos de Ramsés II, que se llevó esclavos a unos cuantos en una razzia que hizo por Palestina cuando se enfrentó a los hititas. Por tanto, es imposible que dos millones de hebreos emprendieran la huida de Egipto después de varios siglos de estancia, justo cuando están llegando los primeros con la soga al cuello. 


                          Resultado de imagen de estela merenptah

                           

Por lo demás, desde el primer relato de la creación - y hay dos - hasta la última frase del Deuteronomio, hay más plagio que obra original. El propio relato de la creación es de origen sumerio-babilonio, al igual que la historia de Adán y Eva - que no fue precisamente la primera mujer, antes Adán estuvo con Lilit, pero ésta le dio pasaporte - la de Caín y Abel, Noé, etc. De los diez mandamientos, seis son copia de la primera religión monoteísta de este planeta, el culto de Akenatón, como también son plagio de obras de este culto algunos Salmos y Proverbios. Es posible que el verdadero Moisés, caso de existir, haya sido un sacerdote de este culto que huyó de Egipto al morir Akenatón y prohibirse esta religión, pero esto es pura especulación como todo lo demás, la vida de Moisés es pura leyenda. Con el resto de los libros bíblicos sucedo otro tanto. Ninguno es comtemporáneo de los hechos que relata, el que menos fue escrito un siglo después. El libro de Job es un plagio de una de las muchas leyendas del dios egipcio Osiris; Daniel vivió desde los tiempos de Nabucodonosor hasta el final del imperio aqueménida, más de doscientos años. Y así hasta el infinito.


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Según la Escuela Bíblica de Jerusalén, la institución más prestigiosa sobre la Biblia, ésta tiene tres fuentes principales: La yahvista, la eloísta y la sacerdotal. La primera es aquella en la que se nombra Yahvé a Dios y procede del reino de Judá; la eloísta es aquella en la que se llama a Dios Eloím y tiene sus orígenes en el reino de Israel. La tercera es la emanada de la casta sacerdotal de ambos reinos, su rastro se puede distinguir a veces fácilmente, como en el caso de los dos relatos de la creación. Estas tres fuentes provienen a su vez de las mesopotámicas y egipcias fundamentalmente, a las que hay que añadir relatos y tradiciones propias de los hebreos y de otros pueblos del entorno. A eso hay que sumar todo lo que se fue acumulando a lo largo de los siglos, de manera que en tiempos de Ptolomeo II hubo que juntar a setenta sabios en el tema para hacer una versión única traducida al griego ( entre el 300 y el 250 a. C. ). Y después no dejaron por ello de meter y sacar a su antojo.     


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Otro tanto sucede con los Evangelios y con el Corán. De otras religiones no puedo hablar, no he llegado todavía por ahí lo bastante lejos para determinar con precisión sus orígenes, pero en términos generales son más de lo mismo. Las tres religiones monoteístas occidentales - judaísmo, cristianismo e islam - no son más que un cúmulo de plagios desvergonzados dando rienda suelta a una fantasía irracional impuesta por la violencia, el terror y el crimen. Como manda Dios.            
      

                        

    

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