LA RAZÓN DE LA SINRAZÓN

                                          

Sancho, amigo: si tú eres un necio y yo soy un loco, este mundo nos lleva mucha ventaja; y si tú andas con fantasías y yo con quimeras, quedan muy cortas viendo las que hay por el mundo. Caballero andante soy, paladín de la justicia, y no es de extrañar que me llamen loco entreverado, ya que soy el único que ve en realidad a los gigantes y vestiglos. Los demás no veis nada más que molinos de viento y rebaños de borregos. Os han lavado el cerebro con cuentos y creéis que la realidad es ficción y la ficción es realidad. Así marcha el mundo, de locura en locura, de estupidez en estupidez, y si alguno hay que ve la realidad clara y lo dice inmediatamente lo dan por loco y le llaman Quijote, o lo toman por idiota y le llaman Sancho.

                                 

Triste destino el del autodenominado " homo sapiens ", que de sapiens no tiene apenas y de homo tan solo la figura. Los humanos somos animales. No somos vegetales ni minerales, aunque algunos lo parezcan. No nos queda más ser animales, no podemos evitarlo, es nuestra naturaleza. Pretendemos ser animales " racionales ", renegando lo primero y presumiendo lo segundo, pero hay que decirlo, Sancho, la racionalidad de la mayoría de los humanos brilla por su ausencia. El grado de racionalidad del resto no siempre alcanza el aprobado, y los notables y sobresalientes escasean más que el agua en el desierto.

                          

Así va el mundo actual, con tecnologías capaces de destruir el planeta en manos de oligofrénicos cuya capacidad intelectual está más cercana al simio que al hombre, aunque debería decir al contrario: los actos de los simios tienen siempre una razón y una lógica, " primarias " a nuestro buen entender, pero siempre razonables y lógicas conforme a la conducta de estos seres. Por el contrario, los actos humanos obedecen muchas veces a principios irracionales y absolutamente ilógicos. En otras palabras, Sancho, no te creas lo que dice la ciencia en este caso: el homo sapiens no ha nacido todavía ni se le espera. Este planeta está habitado por Pitecantropus erectus, pero tienen más de pitecos que de antropos o, dicho para que me entiendas, son más simios que humanos, con perdón de los simios, que bien me entienden. Lo de erectus debe referirse al sexo.

                                     

Todo esto que te cuento, Sancho, puedo hacerlo libremente porque, afortunadamente, me toman por loco, lo que me permite lanzar disparates en todas direcciones sin ofender a nadie. Al contrario, ya se sabe, los locos y los niños somos los únicos que podemos decir las verdades, así que yo las canto a los cuatro vientos sin que me hagan nada, osadía inalcanzable en los cuerdos, que se mueren de miedo con tan sólo pensarlas. Yo soy el espejo de su cobardía, de ahí que se rían de mí dándome por loco, aunque luego en el fondo me admiren porque digo lo que ellos no se atreven ni a pensar. Hay magos encantadores, Sancho, también nigromantes, ginosofistas y toda clase de brujos con malas artes que todo lo distorsionan y os tienen en el error, lo que os impide ver la realidad. Eso hace que los conflictos se amontonen y, en lugar de resolverse, crecen a todas horas. Luego, para remediarlos, se invoca la razón de la fuerza y se ahoga a la fuerza de la razón. Finalmente, como siempre, se impone la razón de la sinrazón. 

                                         

Dígote esto, Sancho amigo, porque es mi oficio rendir justicia, proteger a los débiles y menesterosos, así como desfacer entuertos. Y de un tiempo a esta parte hay un entuerto que crece y crece, no se resigna y persiste en sus trece. Hete aquí que hay un acoso cada día más agresivo hacia las mujeres musulmanas por llevar velo. La cosa se ha desmadrado hasta extremos inauditos este verano con la aparición del " burkini ", ese bañador integral prohibido en muchas playas del, mira tú por donde, país que presume haber aportado a la humanidad los derechos y las libertades fundamentales: Francia.

                            

Tendré que ir a Francia, Sancho, para decir a los franceses que la prohibición del velo y del burkini atenta contra las libertades individuales que tanto han predicado desde hace más de dos siglos. Si se prohibe el burkini también se puede prohibir el bikini, el tanga y lo que le dé la gana al baranda de turno. El llevar velo o burkini no afecta en absoluto a las libertades y a los derechos ajenos, no hay razón objetiva para su prohibición. Si las mujeres musulmanas quieren llevar estas prendas son libres de hacerlo, nadie puede impedírselo. Distinto es que en determinados lugares, sean públicos o privados, ciertas prendas estén permitidas o prohibidas por las razones que sean, siempre que sean razones legales y, sobre todo, justas. Pero nadie ni nada puede impedir a una mujer o un hombre, sean o no musulmanes, a llevar velo en la calle o burkini en la playa. Habrá que recordar a estos yihadistas ultrademócratas que nuestras abuelas llevaban pañuelo y se bañaban en burkini ?      

                                

Estos que me dan por loco objetarán que estas prendas están impuestas por una ideología religiosa trasnochada, supersticiosa, irracional y, encima, coactiva, que obliga a estas mujeres a vestir así, lo cual es un delito contra la libertad individual de estas mujeres. Cierto. Totalmente de acuerdo. Y añado que la misma libertad que tienen para llevar velo o burka DEBEN TENERLA Y LA TIENEN para no llevarlos, y está bien claro que NO GOZAN DE ESA LIBERTAD. Pero es un problema que debe resolverse a base de información y no de más coacción. Nuestras abuelas llevaban pañuelo y se bañaban con una prenda más parecida al burkini que no al bikini. Lo hacían por tradición, no por obligación. Pero lo llevaban. El no llevarlo suponía para ellas una vergüenza y la crítica de la sociedad de su tiempo. No hace tanto que los occidentales hemos dejado esa costumbre o tradición. 

                                 

Seríamos capaces de obligar a nuestras abuelas  a quitarse el pañuelo o a bañarse en bikini a mediados del siglo XX ? Sancho, esto es exactamente lo que sienten las mujeres musulmanas que llevan esas prendas. No es tan solo un asunto religioso, es un problema de intimidad personal. Tienen otra mentalidad, otras costumbres. Hay que respetárselas como queremos que se respeten las nuestras. No hacerlo es condenarlas dos veces, son víctimas de una doble intransigencia, y es, siempre, en uno y otro caso, una violación de su libertad individual.

                               

Condénese al Corán como ideología criminal que es, o exíjase legalmente la eliminación de aquellos principios del Corán - y de todas las religiones y creencias - que conculcan los derechos humanos. Por qué no se ataca por ahí, y a todas las ideologías, sean políticas o religiosas, empezando por el cristianismo, que también tiene mucho que rascar. Pero no, lo fácil y cobarde es demonizar a las víctimas de todas estas sinrazones, Sancho. 

Y luego dicen que el loco soy yo.