jueves, 9 de junio de 2016

LA VIEJA GUITARRA


                             

- Sabe Vd. tocar la guitarra ? - Le preguntó el desconocido al mendigo.
- Si - Respondió éste, extrañado. 
- Pues si me lo demuestra, esta guitarra es para Vd.
El mendigo miró al desconocido con sorpresa y desconfianza.
- No se extrañe, siguió el desconocido, lo hago porque acabo de comprar una guitarra y quiero regalar ésta a alguien que pueda aprovecharla. Ya está un poco estropeada pero aún vale, y como no conozco a nadie a quien poder regalársela, pensé en ofrecerla a alguien que esté necesitado y que pueda sacar algún beneficio de ella, como Vd. por ejemplo. Ya se la he presentado a varias personas que están pidiendo en la calle, pero nadie hasta ahora sabía tocarla. Si Vd. sabe, la guitarra es suya, se la regalo. No tiene nada más que algunos pequeños golpes - dijo señalando algunas mellas en los costados del instrumento - pero el sonido es bueno y está en condiciones perfectas. Es una buena guitarra, lo mío me costó en su momento.
El mendigo la tomó en las manos y empezó a rasgarla.
- Está desafinada - dijo. 
- Sabrá Vd. afinarla.
- Por supuesto.
- Pues hágalo, por favor, y veamos lo que sabe Vd. de guitarras - le animó con una sonrisa.


                          Resultado de imagen de músicos callejeros


El mendigo empezó a tensar las cuerdas buscando el acorde de las notas. Sus dedos se deslizaban suavemente por el traste mientras afinaba el sonido. El desconocido se dio cuenta inmediatamente que aquél hombre sabía manejar la guitarra con soltura.
- Veo que sabe Vd. tocar la guitarra muy bien.
- Bah - respondió el mendigo encogiéndose de hombros.
- Lo hace muy bien - insistió el desconocido - Sabe Vd. también algo de música ?
- Algo sabía - contestó el mendigo con displicencia, mientras sus dedos subían y bajaban por el traste de la guitarra punteando un poco, rasgando otro poco, acariciando las cuerdas para sacar sonidos armoniosos que ponían en evidencia su destreza con el instrumento. Volvió a mirar al desconocido.
- Es bien raro esto que está Vd. haciendo. En mi vida me ha pasado una cosa así.
El desconocido lo miró sonriendo y respondió:
- Ni a mi tampoco. Pero hace poco tiempo me encontré con un músico callejero amigo mío que me contó una historia muy bonita. Estaba en la calle tocando cuando se le acercó un anciano que le había estado mirando durante largo rato. Le dijo que había sido músico y que tenía una buena guitarra, una guitarra excelente en realidad, y se la vendía muy barata porque quería dejarla en manos de alguien que verdaderamente supiera valorarla y aprovecharla. Y como mi amigo canta y toca la guitarra muy bien, aquél hombre decidió que era la persona adecuada para quedarse con su guitarra. Por supuesto, mi amigo aceptó encantado, pero no tenía el dinero que pedía aquél hombre por la guitarra, que era verdaderamente muy buena. Sin embargo, el hombre se la dio por el dinero que mi amigo llevaba encima. Un regalo, un auténtico regalo. Y como yo compré la mía, también muy buena, por un precio irrisorio en un mercadillo, y no sé que hacer con ésta que le ofrezco, que tampoco está nada mal como puede ver, decidí hacer lo mismo que aquél señor, salvo que yo no quiero venderla. Como comprenderá, poco me darían por ella, y como ya hice negocio con la que compré, prefiero regalar ésta a alguien que sepa apreciarla antes de malvenderla a un desconocido que no sé que va a hacer con ella.


                            Resultado de imagen de músicos callejeros


Mientras hablaban el mendigo tocaba la guitarra descuidadamente, dejándose llevar inconsciente por el son del instrumento. Tocaba muy bien y alguna gente se había parado a escucharle. El desconocido le dijo sonriente:
- Creo que tiene Vd. clientela. A mi amigo le va muy bien, la gente le da mucho dinero. Me parece que Vd. lo puede hacer tan bien y mejor que él, no sé si sabe Vd. cantar, pero desde luego tocando la guitarra veo que sabe Vd. manejar muy bien el instrumento.
- Se hace lo que se puede.
- En definitiva, quiere Vd. la guitarra ?
- Por supuesto. No sé como agradecérselo.
- Dándome un concierto. A mi y a esta gente que le escucha, y que me parece que están dispuestos a dar dinero por oirle. Y qué le parece si lo celebramos ?
- Cómo ? - Preguntó el mendigo
- Vd. empiece a tocar. Yo voy a comprar una botella de vino y algo de picar.


                     Resultado de imagen de músicos callejeros
   

2 comentarios:

  1. Hola Akracia, a mí me gusta el ambiente que acompaña a lugares como la Rúa do Paseo y el Casco Vello de Ourense, me gustan los músicos tocando, hay gente que hace piezas artesanales, gente disfrazada..es lo que le da el encanto.Hay cosas cuyo valor no se mide por el dinero, y gente a la que se le considera de la más baja ralea, y digo que se la considera, que no tiene la formación pero sí el sentimiento y el arte en las venas, un buen rato con la guitarra entre ellos de seguro que le valió la pena.No sé expresarlo tan bonito como el relato, o no sé si es que lo he entendido bien, pero bueno, a mí manera sí que lo he entendido y me ha gustado mucho.
    Saludos.

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    1. Hola Disi
      Me alegra saber de ti. El relato tiene un fondo de verdad, lo del senor mayor que le vendió la guitarra al músico callejero es cierto, me lo contó hace unos días y me inspiró esta historia. Me alegro que te haya gustado. Saludos

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