MÁS PATRAÑAS BÍBLICAS

                              

Como ya he mostrado en más de un post, la Biblia - lo mismo que el Corán - no deja de ser en gran parte una simple recopilación de leyendas antiguas tergiversadas al gusto del escribano que las narra. La historia nos va revelando poco a poco el verdadero origen de estas leyendas, como se verá a continuación en dos relatos que voy a contar y que tienen su paralelismo en dos leyendas bíblicas bien conocidas: El paso del mar Rojo y la historia de José y la mujer de Putifar. 

                             

DJADJA-EM-ANK: EL PODER SOBRE EL AGUA ( El paso del mar Rojo )

                            

Un día el faraón Snefrou ( circa 2614-2579 a.C. ) estaba aburrido en su palacio, como es habitual entre los jefes de Estado. Para distraerse llamó a Djadja-em-ank, que en egipcio antiguo quiere decir algo así como " Aquél que lleva el libro ritual ", pues tratábase del gran sacerdote encargado de leer los papiros sagrados que contenían las fórmulas mágicas capaces de curar, hacer milagros y cosas por el estilo. En tanto que gran sacerdote y mago de la corte, Djadja era el único capaz de hacer que las fórmulas mágicas funcionasen. En este caso el faraón no le pide un milagro, sino simplemente que le mate el aburrimiento, tarea todavía más difícil.

                              

Djadja sugiere al rey dar un paseo en barca por el lago del palacio, donde la belleza del paisaje y los cantos de las aves podrán distraer al faraón. Para hacer la cosa más amena y deleitosa propone que las más jóvenes y bellas mujeres del harén se pongan a los remos, idea que encanta al faraón. Según el papiro que cuenta esta historia, por orden expresa de Snefrou veinte muchachas, vestidas de ricas telas y adornadas de joyas como exige la circunstancia, empujan los remos de oro sobre las dulces aguas del lago entre risas y alegrías para deleite del faraón. 

De repente una de las jóvenes pierde una sortija que adornaba su cabello, la cual cae al fondo del agua. La muchacha se pone a buscar la joya y para de remar, por lo que la barca se inmoviliza. Snefrou le ofrece regalarle otra para que siga remando y no se interrumpa aquél momento de felicidad, pero la muchacha responde al faraón que antes prefiere recuperar su bisutería que no la mayor joya que le regale el faraón, que se irrita y echa la culpa al mago de todo, exigiéndole que solucione el asunto de inmediato.

                                

Y hete aquí que Djadja recita una fórmula mágica ( que, casualmente, no figura en el papiro ). Nada más proferir aquellas palabras las aguas del lago, con más de seis metros de profundidad, se elevan hacia uno y otro lado hasta una altura de doce metros, dejando el fondo del lago al descubierto. Djadja se baja de la barca, recoge la sortija del suelo y se la entrega a la muchacha. Luego recita otra fórmula mágica y las aguas vuelven a su estado original. Todo este evento tan extraordinario, ocurrido unos mil trescientos años antes de nacer Moisés, da lugar a una fiesta, en la que Djadja es bien recompensado.    

                             

EL CUENTO DE LOS DOS HERMANOS

El British Museum posee un papiro llamado así, escrito por el escriba Ineni a finales del s. XIII a. C. Dos hermanos, Anubis y Bata, viven juntos. Como Anubis está casado, su hermano vive en el establo. Tiene una fuerza descomunal, lo que excita a su cuñada, que le hace las proposiciones de rigor aprovechando que Anubis no está en casa. Pero Bata se horroriza de esta propuesta y rechaza a la mujer que, despechada y con ánimo de venganza, cuenta a Anubis lo contrario de lo sucedido para que mate a su hermano. Las peripecias que siguen no son iguales a las que vive José según la Biblia, pero son bien parecidas, por lo que excuso comentarlas. 

                              

José existió en realidad, pero no era hebreo sino egipcio. Fue un alto funcionario que vivió más de mil años antes de la supuesta historia del José hebreo, y cuya fama se hizo legendaria por una serie de grandes reformas que llevó a cabo, granjeándose el agradecimiento de sus contemporáneos y el reconocimiento de las generaciones futuras. Sus hechos y obras pasaron de boca en boca a través de los siglos conformando una serie de leyendas que la casta sacerdotal hebrea aprovechó para crear el personaje bíblico.