lunes, 25 de marzo de 2013

PERRORISTAS POLÍTICOS




PERRORISTAS POLITICOS

Cuantos más debates veo actualmente en televisión más me convenzo de que los periodistas serios y profesionales son " rara avis " en extinción. Nadie pide a los profesionales de la comunicación que sean héroes o suicidas, pero lo que no es de recibo es la poca dignidad que demuestran muchos. La crítica va a todos, sean de derechas o afirmen pertenecer a la izquierda, que tristemente ya ni se distinguen. La característica común a estos profesionales, salvando escasas excepciones, es su sumisión al amo.

Lo que más llama la atención es la desvergüenza con que disfrazan esta sumisión y como ocultan y desvirtúan la información en aras de un pretendido sentido de estado ( ??? ), a base de corporativismo mal entendido y peor ejecutado, con una hipocresía y un cinismo que superan todos los límites.

Hay que hacer mención especial de los ejemplares más en boga, los reventadores, que sin ningún tipo de escrúpulos son enviados por sus amos a los debates para que actúen como auténticos trileros y charlatanes de feria con el único fin de confundir a la opinión pública, desprestigiando al entrevistado, injuriando, calumniando y, en último caso, impidiendo siempre que exprese su opinión. Gritan y gesticulan como energúmenos que son, se enfadan, claman al cielo, se escandalizan y recurren a todos los efectos teatrales habidos y por haber, culpabilizan a la víctima y victimizan al agresor.

Están también las vacas sagradas de la transición, agua destilada de aquellos tiempos en que el poder franquista compró la sumisión de muchos periodistas autodenominados de izquierdas, a otros los utilizó como tontos útiles alegando razones de estado y ponderando la idílica amistad surgida entre la ultraderecha y la izquierda políticamente correcta. Entre todos nos vendieron una transición " modélica " cuyos resultados estamos pagando ahora. Paradójicamente, esos periodistas siguen defendiendo a la ultraderecha retrofranquista, no en vano se defienden a sí mismos. Es más que lamentable ver a una María Antonia Iglesias defendiendo a muerte a Fraga, presumiendo del tráfico de influencias que ejercía impunemente en su etapa de ordeno y mando en Televisión espanola, clamando a voz en grito que le da igual que el Rey se folle amantes o elefantes y actuando cual perro de presa con cualquiera que haga la mínima mención a los escándalos que sacuden a la Casa Real.

Por último, la nueva hornada de periodistas jóvenes que se ven en los medios de comunicación no son más que una banda de imberbes con muy poca base cultural y dispuestos a lo que sea con tal de trepar. Da la sensación de que la mayoría son enchufados.

Malo si no hay información, peor si hay desinformación. Así está Espana.

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