domingo, 2 de junio de 2013

EL BRILLO DE LUZ





En cierto reino pantanoso de los confines del mundo habita Luz, una bonita luciérnaga de corazón tierno que emite un brillo cautivador. El pantano es peligroso porque hay arenas movedizas y también algunas bestiajas crueles que disfrutan haciendo el mal. Luz vive feliz entre las demás luciérnagas y todas juntas iluminan el camino a los recién llegados para que no caigan en las trampas del pantano.






Entre las bestiajas está la arpía Odiosa, un buitre con cara de bruja que desprende un olor fétido. Ataca con sus afiladas garras a los seres bondadosos, infectándolos con sus efluvios pestilentos. Normalmente se expresa con chillidos desagradables, pero el Señor del Mal le ha conferido el don de poder entonar un canto mágico que hechiza al instante a quien lo escucha. Canta esa canción siempre que se ve en peligro o quiere atraer a algún recién llegado. Esta arpía, como su nombre indica, odia con intensidad  contagiosa a todo aquél que no se pliegue a sus maldades, pero el centro de su odio y de su vida es Luz.







La mejor amiga de Odiosa es Humedad, una serpiente hermafrodita, fría y sibilina, que posee un veneno tan mortal que el malvado Ojiar le concedió dos lenguas para poder verterlo, ya que si no se envenenaría a si misma. Se caracteriza por su torpeza y se comunica por medio de siseos y gruñidos aberrantes. Necesita la oscuridad para poder mostrar el brillo mortífero  que emana de sus ojos. Odia especialmente a Luz porque ésta tiene el brillo de la vida, que anula el poder maléfico del suyo. Trata machaconamente de atraer incautos a su causa por medio del halago y del fingimiento.











Como es bien sabido, compartir enemigos hace buenos aliados y así sucede también en el reino empantanado. A estas dos bestiajas se han unido los Trolacos, que viven en la obscuridad más profunda y odian la luz de las luciérnagas de tal manera que, cuando la ven, se vuelven de piedra. También se han unido al grupo las hienas, que necesitan la oscuridad porque son carroñeras, cobardes e incapaces de cazar por si mismas, por lo que utilizan para este menester a Güelo, el feroz león del pantano, espantándolo luego entre carcajadas macabras para comerse ellas la presa aún viva.





Entre las aguas cenagosas del pantano nada cual tiburón al acecho Falshena, una sirena azarosa y lujuriosa que nació sin corazón. Persigue a los viajeros con sus tangos de ocasión ofreciéndoles a todos los pecados del amor, y una vez entre sus redes los destroza sin pudor. Con un tanguita rojo y un espejito al que pregunta si algo brilla más que sus escamas, Falshena se ríe ya igual que las hienas. Aunque no le gustan las luciérnagas se aprovecha de su luz cuando le viene bien. Después, si puede, intenta apagarlas a coletazos.








Las cacatúas van y vienen de un grupo a otro llevando y trayendo cotilleos y calumnias sin otro fin que divertirse. Por supuesto, simpatizan más con las bestiajas, que se esfuerzan en empujar a Luz hacia las arenas movedizas para que se hunda. Pero Luz, a pesar de su aparente fragilidad, tiene la fortaleza que da la valentía y siempre sale airosa de estas emboscadas. Es un poco traviesa e inconsciente, pero muy inteligente y tiene el apoyo de todas las luciérnagas: cuando la ven en peligro, todas juntas se encienden intermitentemente para llamarse unas a otras y, de golpe, iluminar el pantano con una luz tan intensa que ciega a las bestiajas y deja de piedra a los Trolacos. El león, decepcionado de sus antiguas amistades traicioneras y tiernamente enamorado de Luz, la defiende de los ataques de Odiosa y Humedad y ya no alimenta a las hienas.
En fin, esta es la vida cotidiana en el reino pantanoso, muy semejante a la de otro reino de cuyo nombre no quiero acordarme. Tristemente las luciérnagas están en extinción y emigrando.







Entre las luciérnagas vive en armonía una humilde y sencilla margarita, que disfruta con su luz y que, en agradecimiento, les escribe y dedica este cuento con moraleja y todo.

Vecina de este pantano
y por las bestias maldita,
dice la margarita
toda llena de inocencia
que en este cuento inhumano
todo es pura coincidencia.



Dedico este cuento a mi queridísima Furi, compañera de correrías pantanosas, con la que comparto risas, secretos y hasta algún que otro disgusto foreril. Ella me ha inspirado el personaje de Luz. También agradezco a todos los que han hecho posible este cuento y sus personajes.

Un beso a todas las luciérnagas.



3 comentarios:

  1. ay madre mia que me da algo! es buenisimo, luciernaga preciosa :)
    Las ilustraciones que pones son muy guapas y acertadas siempre, si es que eres una artista y ahora que me digan lame.. que me da igual jiji, porque quien tenga mas de una neurona lo ve.

    un besazo

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  2. Me ha encantado hacer este cuento-fábula porque hacía tiempo que pensaba en algo para ti, y mira por donde algún que otro clon-troll me dio la idea con sus burlas, y tu misma escogiste el nombre mas acertado para ti.
    Un beso

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  3. XD muy bonito pero las luciernagas NO estan en extincion!

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