martes, 5 de febrero de 2013

LA INFANTA NO CANTA





LA INFANTA NO CANTA

Hoy quiero comentar la situación de la infanta Cristina en relación con los tejemanejes de su marido y su papel en la familia real.

Lo primero que me han recomendado es que no hable de este asunto " por si acaso ". La verdad es que el estado de Derecho y la justicia brillan por su ausencia en Espana y que la mano de la monarquía es más larga que la democracia. Es ahora, después de más de treinta anos, cuando empezamos a conocer la verdad de la máxima institución del Estado espanol, de todo menos ejemplar. Lo triste es que lo que se ha publicado responde a intereses de una ultraderecha feroz y cerril que es igual y peor que lo que critica. Es evidente que el Rey es un gran admirador de Franco, jamás ha condenado la dictadura e incluso no quiere que en su presencia se hable mal del dictador. No podía ser menos, al fin y al cabo está ahí por voluntad del dictador. El mayor pecado del Rey para esta ultraderecha no fue el haber traído la "democracia", porque no la trajo, sino el haberla consentido para poder seguir reinando.

En cuanto al yernísimo y su senora esposa, partimos de la base de que el Rey los mandó a los EE. UU. en cuanto el asunto se empezó a poner feo y no se podía parar. Luego el Rey era " presuntamente " conocedor o encubridor del yerno. De hecho, Urdangarín continuó desde Washington con sus manejos, cobrando un sueldazo por no hacer nada y esperando tranquilamente a que prescribieran los delitos. Parece ser que el propio abogado del Rey intervino en el asunto para tapar a Urdangarín. Luego el Rey nos dio un discurso ejemplarizante pidiendo justicia " caiga quien caiga ", aunque luego los hechos desmienten sus palabras. El secretario de las infantas, otro " presunto " implicado, sigue en su puesto tan tranquilo. Según algún periodista, cuando la Casa Real pidió a este secretario que dimitiera, éste se negó alegando que había actuado siempre cumpliendo órdenes. Más claro agua.

Otra cosa que no se entiende es que la mujer de Diego Torres esté inculpada y a la infanta Cristina ni tan siquiera se la llame a declarar, cuando era socia partícipe y, por descontado, beneficiaria. Los medios de comunicación hablan, con esa " imparcialidad " asombrosa que sólo se ve en Espana, de chantaje a la Corona. Si fuera tal, que se denuncie, pero me temo que el tal chantaje no es más que el derecho a la defensa que la Constitución otorga a toda persona, aunque sea un sinvergüenza. En este caso son todos unos sinvergüenzas, pero el Sr. Torres está soltando lastre poco a poco en el ejercicio de su derecho a defenderse. Tendrá que ser el juez en todo caso quien rechaze los e-mail si son falsos e inculpe a Torres por chantaje si procede.

Pero el " presunto " chantaje de Torres no es  más grave que el de Urgandarín, que encima anda todo el día a hacerse la foto de familia, y ahí todos tragan, Rey, Reina, Infantas,.. Los únicos que parece desmarcarse son el príncipe Felipe y Leticia. Lo que está claro es que a estas alturas de la película la infanta Cristina tendría que ser llamada a declarar cuando menos. Si resultase inculpada, tendría que renunciar a sus derechos dinásticos. Caso de ser inocente, divorciarse o renunciar igualmente, lo que no se puede admitir es un heredero a la Corona con antecedentes penales.




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