Aunque hay mucha polémica en torno a esta imagen y su verdadero significado, quiero interpretarla desde el lado bueno, así que me he inspirado en ella para hacer este poema. Espero que os guste.
ARREPENTIMIENTO
Suenan clarines de muerte
a las cinco de la tarde.
Un hombre solo y un toro
están prestos al combate,
ambos quietos en la arena
dispuestos a verter sangre.
Cuánta tensión en la grada,
cuánta emoción en el aire,
faena de luces perfecta,
estudiada en cada lance,
probando en todas las suertes
fuerza, valor, oficio y arte.
Suenan de nuevo clarines
anunciando el desenlace:
la hora de la última suerte,
que da a la fiesta remate
bajo el filo de una espada
goteando sudor y sangre.
Hombre y toro se examinan
antes del último trance.
Por qué ? Le pregunta el toro
con mirada interrogante.
Por qué ? Se dice el torero
con mirada vergonzante.
Tira el capote y la espada
en lo mejor del alarde.
Grita y se cae de rodillas
derrumbado en un instante.
Toda la plaza está muda
sin comprender el detalle.
Se alzan coros y murmullos
a favor de cada parte,
pero el hombre, ajeno a todo,
nunca más verterá sangre.
Tan sólo el toro comprende
que ha terminado el combate.
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