miércoles, 30 de enero de 2013

INDULTO A EMILIA YA

INDULTO A EMILIA YA





Emilia es una joven española que se encontró hace seis años una tarjeta de crédito en la calle. Tanto ella como su marido estaban en paro y tenían dos hijas. Emilia hizo lo que haría cualquier madre en su situación: comprar pañales y comida para sus hijas por un importe de 195€. Como todos los que no son ladrones profesionales, Emilia fue detenida la segunda vez que quiso comprar comida para sus hijas. Como consecuencia la condenaron a más de dos años de prisión. Hay una serie de reflexiones que quiero hacer sobre este asunto:

1° - El estado de necesidad es una eximente, en todo caso una atenuante, menos en Espana, que parece ser un agravante.

2° - Estamos viendo como se está indultando masivamente y a la chita callando a todo cuanto corrupto hay en los partidos políticos, que se han llevado hasta los bolígrafos y han dejado al país en ruinas. Ningún partido protesta sobre estos indultos a sus testaferros.

3° - Hoy mismo se están pidiendo explicaciones a Gallardón por el indulto a un conductor kamikaze que mató a otro conductor cuando se divertía yendo en dirección contraria por la autopista. Pero este kamikaze casualmente estaba defendido por el despacho de abogados del hijo de Gallardón y es alguien relacionado con gente importante del PP.

4° - De momento la hija del rey, socia de Urdangarín en más de uno de sus múltiples chanchullos, sigue sin estar imputada, ni tan siquiera se la llama a declarar.  

5° - El propio Rey, con una fortuna de casi dos mil millones de euros, inexplicable e incompatible con su sueldo, campea por sus fueros sin que nadie investigue ni pregunte nada.

La conclusión que sacamos de todo es que la democracia española no es más que un espejismo. Se castiga con crueldad desproporcionada al pobre ciudadano de a pie, indefenso ante la máquina del sistema, mientras los protegidos del régimen no son tan siquiera investigados, y si finalmente tienen que afrontar los tribunales no faltará defecto de forma, prueba inválida o recurso inesperado que los libre de la justicia. Si, en último caso, no queda más remedio que condenarlos, tienen el recurso del indulto, que nunca les falla. La cuestión es tener al pobre debajo de un diente con castigos ejemplares, mientras a los verdaderos delincuentes los defienden periodistas, abogados y los propios jueces.

El colmo es la lobotomía social de lo " políticamente correcto ". Hay que decir que confiamos en la justicia, sino te cae la del pulpo. Pues visto lo visto, que venga el pulpo: NO CREO EN LA JUSTICIA.


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