martes, 29 de enero de 2013

YO TAMBIÉN QUIERO VER EL CADÁVER DE SOR MARÍA




YO TAMBIÉN QUIERO VER EL CADÁVER DE SOR MARÍA

Sor María, la monja imputada por tráfico de bebés, murió el martes 22 de Enero, circunstancia que no se hizo pública hasta dos días después, cuando ya estaba enterrada. No podemos decir que no sea cierto, teniendo en cuenta sobre todo su edad, aunque para sus 87 años conservaba una energía que difícilmente pueden hacer pensar en una muerte tan fulminante justo cuando tenía que declarar ante el juez. Tan oportuna muerte cierra un caso del que sólo se ha levantado una puntita de un escándalo que afectaría a cientos de niños robados y a sus respectivas familias. Muerto el perro, se acabó la rabia.

Lo que está claro es que Sor María no actuaba sola, detrás de ella había una organización en la que Sor María era un brazo ejecutor, pero no todo el cuerpo del delito. Si esta organización ha actuado impunemente durante décadas - incluso en plena democracia - traficando con recién nacidos y falsificando todo tipo de documentos, entre los que hay que incluir montones de certificados de defunción falsos, por qué ahora  tengo que creer que el certificado de defunción de la propia Sor María es auténtico ? Desde luego, resulta más que sospechoso que, con la que está cayendo, las monjas no hubiesen dado a conocer la noticia hasta dos días después, cuando ya estaba Sor María bajo tierra. Se supone que tendrían que haber actuado con claridad y no con ese ocultismo.

Quedan multitud de cuestiones por resolver, las más importantes cuántos más robos de bebés hubo, dónde fue a parar el dinero de todas esas supuestas ventas o quién más está involucrado en estas operaciones. Pero la justicia española parece estar más dispuesta a dejar el asunto en el limbo jurídico que a cumplir con su deber. Con la Iglesia hemos topado.








    

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